El whisky Arran 10 años me trae muy buenos recuerdos. Porque fue precisamente en esa isla donde descubrí el mundo del single malt. Recuerdo con cariño aquella noche tres de nosotros dirigiéndonos hambrientos al único hotel de Lochranza dispuestos a devorar lo primero que nos pusieran como cena. La comida fue un manjar, y el espectacular whisky bar que allí tienen, el mejor postre de mi vida. Eso fue en 2014. Y aquí estamos ya.
Arran, refugio de ilegales
La isla de Arran está muy vinculada a la producción de whisky ilegal que tan en auge estuvo en el s. XVIII. El Estado por aquel entonces enviaba recaudadores de impuestos por todo el territorio escocés en busca del dinero de las destilerías que tuvieran licencia para producir sus maltas. Esos hombres se pasearon por todo el territorio norteño menos algunas islas ¿Tomar un bote hacia unas islas de difícil acceso, con este clima de m****a y habitada por cuatro gatos? Mejor no. Y en esa situación estaba Arran, que concentraba a unas cuantas familias que se negaban a pagar ni una sola libra de sus productos al Estado. Se puede decir que esta isla del oeste escocés fue un centro de producción de whisky ilegal como pocos hubo en Escocia.
Pero todo eso cambió, y a regañadientes a los lugareños no les quedó más remedio que finalmente pasar por el aro y pagar la licencia e impuestos por sus whiskies. Pero fuera esto, o la mala calidad de sus maltas, la producción de Scotch en Arran cesó desde mediados del s. XIX hasta finales del XX, cuando Harold Currie pensó que era hora de recuperar la tradición destilera (y legal) en esta hermosa isla, y fundar en 1996 la Arran Malt Whisky Co. Con Arran comenzó lo que se ha denominado la Nueva Ola del whisky escocés.
La tradición en las islas escocesas es normalmente producir whiskies ahumados, y aunque en Arran ya llevan un tiempo dedicándose a ello, no son sus whiskies más conocidos, ni consumidos. Los alambiques de esta destilerías son pequeños (la producción anual está en unos 750.000 litros) y las maltas que destilan son ligeras y de notas afrutadas. Casi más al estilo de las Tierras Altas que al de las Islas. Son whiskies muy agradables al paladar y por mucho que lo pienso, no conozco a nadie que le haga ascos a un Arran, sea cual sea la edad de la botella.
Hace un tiempo tuve la suerte de encontrar una muy buena oferta en el aeropuerto de Edimburgo de una botella de Arran 10 años con dos vasos de regalo. Los recuerdos, el precio, pero sobre todo la calidad, hicieron que tomara una de las decisiones más fáciles que he hecho sobre whisky. Y aquí estamos para valorarlo.
Arran 10 años (46% alc)
Color: Manzanilla. La etiqueta dice que es color natural, entonces ¿Madurado en barricas de bourbon?
Al olfato: Es muy afrutado y por ello entra bien. Los aromas que percibo son de frutas ácidas como el limón y la naranja, además de notas herbosas, como de césped recién cortado.
Al paladar: Sólo probarlo se aprecia una nota picante muy agradable. De nuevo aparecen esas notas afrutadas que ya se perciben una vez acercamos la nariz al vaso. Pero también logro apreciar otros sabores de frutas como manzanas verdes, coco y plátano. Un poco de agua le viene genial y lo hace más dulce, rebajando esa potencia que viene de serie por ser un whisky isleño. Mi padre hace lo mismo y no tardamos en echarnos un segundo trago ¿De dónde decías que es este whisky, Marcos? me pregunta. Excelente malta.
Regusto: Es prolongado pero no demasiado, dejando en la boca ese exquisito sabor de frutas. El agua rebaja el picor, pero hace que los intervalos entre trago y trago se reduzcan.
Conclusión: Este whisky lo tengo en mi casa de Gran Canaria, y creo que es un acierto porque Arran 10 casa perfectamente con climas menos fríos. Tiene su carácter pero fácilmente domable con algo de agua, lo que lo convierte en un whisky de calidad fácil de consumir.
Si te interesa probar este whisky, en este enlace lo puedes encontrar por menos de 35€.
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